Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1854-1856 (Cortes Constituyentes de 1854 a 1856)
Sesión: 6 de noviembre de 1855
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: nº 237, 7924, 7.925,
Tema: Continúa la discusión del dictamen sobre el proyecto de ley del Ferrocarril del Norte

El Sr. PRESIDENTE: Los Sres. Cordero y Sagasta [7.924] tienen pedida la palabra; de suerte que puede hacer uso de ella cualquiera de estos dos señores, según convengan.

El Sr. SAGASTA: Es que yo sólo la tengo para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: Para rectificar, el Sr. Sagasta.

El Sr. SAGASTA: Tengo necesidad de hacer uso de la palabra para rectificar, porque no me parece conveniente que pasen desapercibidas dos o tres cosas que ha dicho el Sr. Gaminde respecto al túnel. Su señoría nos ha hablado de ingenieros prácticos y de ingenieros teóricos, y en esta parte S.S. podrá apreciar la cuestión como guste; pero ya conocerá el Sr. Gaminde que por mucho que yo respete la opinión emitida por su señoría, no puedo respetarla tanto que me conforme con ella.

Viniendo ahora a lo que el Sr. Gaminde ha manifestado relativamente a Mister Grin, debo manifestar que eso que nos ha dicho que ha calculado Mister Grin, puede contárselo a él si en efecto así lo ha calculado, porque no se pueden hacer esos cálculos; esos son cálculos de lavanderas. El día que eso se pudiera hacer de esa manera, no habría que trabajar mucho en la construcción de los ferrocarriles, pues si eso fuera verdad, no vendrían a costar mas que lo que tiene de coste un camino vecinal de primer orden.

Por lo que hace al túnel de Guadarrama, debo decir a S.S. que no hay ningún túnel en el mundo, y lo digo muy alto, que se haya hecho con esas circunstancias en menos de ocho años, y eso que no hay ninguno de los conocidos hasta el día que haya reunido las circunstancias del de Guadarrama, sino que todos han sido más fáciles; porque se ha de tener presente que en el de Guadarrama se encontraría una cosa muy singular, y es que, no hay ninguno que tenga la profundidad de este respecto a la línea divisoria.

En un túnel hay que tener presentes tres circunstancias: la longitud, la naturaleza de la roca y la profundidad en la línea divisoria, y que para abrir ese túnel hay que abrir pozos que han de pasar de 1.000 pies de profundidad; y un túnel de esa naturaleza ¿ha podido costar un millón de reales? (El Sr. Gaminde: Un millón de francos.) Pues ni un millón de francos. Su señoría ha confundido la teoría y la práctica, y dice que si teóricamente sale que no puede concluirse en menos de ocho años, la práctica, que S.S. la encuentra en la comparación que se hace con otros, dice que prueba el cálculo que S.S. nos ha manifestado; pero a esto debo yo manifestar a S.S. que no he encontrado un túnel parecido a éste que se haga en menos de ocho años, y eso en países donde se hacen obras en toda la velocidad posible, y que cuentan con abundantes recursos para ello.

Ha citado aquí, muy fuera de propósito, el Sr. Gaminde el puente de Almaraz, diciendo que la ciencia no encontró medios de rehabilitarle. La ciencia encontró medios de hacerlo; ¿y cómo no? Pues qué, ¿el puente primitivo se había hecho por sí solo? La ciencia encontró medios; solo que lo que hubo fue que el contratista no se acomodó con las prescripciones de la ciencia, y como lo hizo por contrata, buscó para hacerlo a quien tuvo por conveniente.

Aquí no nos hemos presentado con antifaces de ninguna especie; hemos presentado nuestra opinión con la cara descubierta; ni había necesidad de otra cosa; no quisimos prejuzgar la cuestión, porque no era oportuno; pero una vez presentada tal como es, ¿ por qué hemos de dejar su resolución para más adelante? ¿Sabe S.S. lo que puede ocurrir si se aplaza para dentro de seis o más meses? El que no se resolviese nunca la cuestión, y el camino del Norte se quedase sin hacer. Por lo demás, sobre si hemos venido aquí a hacer la Constitución o no, lo dejo a la consideración del Congreso.



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